“Salus per Aquam” la salud a través del agua. Así decían los antiguos romanos.
Esto aún es cierto, naturalmente, sobre todo cuando se habla de tratamiento del agua potable.
Para tutelar nuestra salud está en vigor la obligación de proteger la integridad de las aguas de suministro destinadas al consumo humano hasta el grifo o punto de uso.
Innumerables estudios epidemiológicos internacionales han confirmado que en el agua destinada al consumo humano tiene que haber Calcio, Magnesio, Potasio y Residuo Fijo ya que sirven como disuasivos de distintas patologías degenerativas, incluso cardiovasculares.
En el ámbito de las instalaciones civiles y el industrial alimentario todas las aguas destinadas al consumo humano tienen que transportarse a una línea específica y aislada del contacto con otra agua destinada al uso técnico.
Si en la línea destinada al uso técnico los tipos de tratamiento que se adoptan no tienen la obligación de cumplir las normas sanitarias, sin embargo, para las aguas de la línea destinada al consumo humano, están vigentes y se imponen normativas sanitarias muy estrictas.
El agua destinada al consumo humano que nos suministra la red pública tiene que respetar un protocolo normativo que impone que haya en el agua Sales minerales indispensables para la salud de nuestro organismo cuyos valores de concentración se indican en el D.Lgs. n.º 31 de 02/02/2001 en aplicación de las indicaciones de la Directiva Europea 98/83/CE respecto a la calidad de las aguas destinadas al consumo humano.
En la normativa general actualmente en vigor se establecen obligaciones sanitarias tanto para el suministro de agua sanitariamente segura en el punto de entrada/contador (point of entry), como para mantener la misma calidad hasta el grifo (point of use).
Dicho de otro modo, si la empresa de red pública tiene que suministrar agua con la carga mineral apropiada en el point of entry/punto de entrada; el usuario por su parte tiene también la obligación de mantener inalterada esta composición mineral y biológica hasta el punto de uso final de la instalación hidráulica, llamado point of use/grifo.
Asimismo, para imponer el cumplimiento tanto para suministrar como para mantener inalterada la calidad del agua destinada al consumo humano, se han previsto altas sanciones pecuniarias para los transgresores.
Llegados a este punto, teniendo en cuenta las disposiciones sanitarias, sabemos que la carga mineral de estas aguas, en la fase de calentamiento, forma depósitos minerales sólidos que reducen la eficiencia energética de los aparatos calentadores.
Al tener que mantener inalterada la calidad del agua que suministra la red son muy pocos los tipos de tratamiento que pueden conjugar seguridad sanitaria y eficiencia energética.
PHYSICO: reducir la producción de depósitos y la carga bacteriana manteniendo inalterada la composición química del agua.
Reducir drásticamente la producción de depósitos minerales manteniendo inalterada la composición química del agua que se suministra es posible con PHYSICO, el tratamiento testado por los más importantes laboratorios de investigación italianos y por miles de aplicaciones en distintos países y sectores de utilización.
Este tratamiento funciona sin aditivos químicos, sin sales, sin mantenimiento y con eficacia constante con el paso del tiempo.
Tiene la capacidad de reducir la posible carga bacteriana en un 60/70% y por tanto no conlleva riesgos de proliferación bacteriana que sin embargo existen en otros tipos de tratamiento.
Este tratamiento, que permite devolver al medio ambiente el agua tal como la ha recibido, mejora notablemente el impacto medioambiental en la acción de rehabilitación de las aguas residuales.
Por tanto Physico previene:
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